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GOLF: ¿TERAPIA O PASION?

  • Juan C Ordoñez
  • 16 feb 2016
  • 4 Min. de lectura


Cuando me amputaron la pierna no me imagine que lo que inicio como terapia iba a terminar convirtiéndose en toda una pasión.


Nunca recibí clases de golf, como muchos, solamente fui invitado por un amigo en 1998 a acompañarlo a jugar. Ese día lo intente, me gustó y me propuse empezar a practicar. Fui al campo de practica y después de una semana fui decidido a jugar en el campo. Logré jugar algunos hoyos con frustración y felicidad, así como es el golf. En la mitad del juego recuerdo que la rodilla que tenia en la prótesis empezó a fallar. Era una rodilla neumática diseñada para una actividad muy leve, me caí un par de veces y me toco parar.


Dure unos meses sin jugar mientras me adaptaba a una rodilla hidráulica con resistencia mayor y diseñada para más actividad física. Al mismo tiempo me cambie el socket (donde entra el muñón) y aproveche la oportunidad para ponerme un rotador que me permite girar al hacer el swing. Para el 99 y 2000 estaba jugando o practicando mínimo 2 veces por semana. El golf se estaba volviendo mi terapia, creo que así fue como aprendi a caminar en terreno desnivelado.


Vivía en un conjunto de la Florida, que tenia campo de golf y salía con Sebastian mi hijo mayor detrás de la casa donde estaba el hoyo 6. Practicábamos pegándole desde las 150 yardas por un buen rato varias veces a la semana. Así logre mejorar mucho y encontrar mi fuerte en el golf, el juego corto.


Después de mudarme a Barranquilla, a finales del 2006, deje de jugar mucho a pesar que había traído un carrito de golf en mi menaje. Me dedique a trabajar y acoplarme a mi nuevo estilo de vida. El carro duro parqueado en el country casi sin ser usado por un buen tiempo, hasta que hace 2 años decidí que era hora de volver al Golf. Hubo ciertos percances de salud que me hicieron acordar de la importancia de tener una actividad de ejercicio y relajación.



Sin embargo esta vez fue diferente, en una visita de rutina de ajustes de mi prótesis me invitaron a un torneo de discapacitados en la Florida. Acepte y a pesar que no me fue muy bien, conocí una gente increíble, que me dejaron con la boca abierta. Después fui invitado al torneo regional del sur de Estados Unidos, en Carolina del Norte en Mayo del 2015. En este torneo no me fue tan mal como el anterior y logre estar entre los 5 mejores. Aquí conocí mucha mas gente aunque la mayoría eran mayores de 50 pero con unas cualidades admirables tanto humanas como deportivas. Me empece a sentir que había entrado a ser parte de una gran familia. El talento es abrumador, al organizador de este torneo le falta el brazo derecho y sin ayuda de ninguna prótesis le pega super derecho y mas largo que muchos que conozco. El ganador fue un señor mayor de 50 quien es handicap 10 y le faltan las 2 piernas desde abajo de la rodilla.


Mi siguiente experiencia fue ya en el nacional de golf en Birmingham, Alabama en Septiembre del 2015. Este es un evento al que asiste gente de todo el mundo, éramos alrededor de 100 golfistas de todos los continentes (Australia, Japon, Europa, Sur Africa, Canada, Centro y Sur America). Yo era el único Colombiano y solo había una persona de Costa Rica con quien representábamos a Latinoamérica. El torneo consiste en una semana repleta de golf. El primer día jugué 18 hoyos en foursomes estilo bestball; el cual era mas como diversion junto a algunos patrocinadores del torneo. Luego fueron 3 rondas de 18 hoyos tipo torneo. Al final de la tercera y ultima ronda se hizo la premiacion.


En la noche de premiacion escogieron los mejores jugadores a formar 2 equipos, uno de jugadores de Estados Unidos y el otro del resto del mundo. Al día siguiente jugué 2 rondas tipo match uno en la mañana en parejas y en la tarde singles. En el juego de la tarde me fue mejor; empece perdiendo por 6 pero me recupere en los back 9 pero no me alcanzo. Perdí 3 y 2 contra Kelly una amputada de brazo quien tiene un drive de 230 yardas y una constancia increíble.


De esta participación me traigo unos recuerdos muy gratos y una placa de 3er puesto en la categoría de handicap 20 a 30 (gross). Definitivamente uno no tiene derecho a quejarse de nada en la vida ya que tenemos una fortuna gigantesca con lo que somos. No entiendo el porque uno solo se da cuenta cuando ve a alguien que en nuestros ojos nos causa lastima y/o admiración. El ganador neto del torneo fue un hombre de 39 años quien perdió su brazo izquierdo hace 20 años y el derecho le quedo bastante afectado. Mejor dicho, el ganador lo hizo con medio brazo. El es una persona que no puede dar un apretón de mano correctamente, pero llega la hora de jugar y no hay discapacidad que cuenta. También tuve la oportunidad de jugar el segundo día con un cirujano, a quien le falta un brazo y no solamente es handicap 2, sino que es muy reconocido en su ciudad por su trabajo. El ganador gross del torneo fue Chad Pfeiffer quien esta apunto de ganar su tarjeta del PGA. El es un amputado arriba de la rodilla que perdió su pierna en Iraq hace unos 10 años.



Tenemos todo, Dios nos ha dado mucho así nos falte una pierna o un brazo o tengamos cualquier otra situación en nuestras vidas. Estos no son problemas, nosotros que cerramos los ojos los vemos como problemas o limitaciones. Todas estas situaciones son oportunidades para mejorar, encontrarnos con nosotros mismos o nuestras familias. No se trata tampoco de darle gracias a Dios por que, en mi caso, perdí una pierna. Acepto mi vida como la he vivido y se que tengo las herramientas necesarias para construir lo que quiero y aspiro para mi y mi familia.


Este 2016 pienso participar en por lo menos 3 o 4 torneos, el regional del sur de USA, El Nacional que sera en Portland, el abierto de la florida, y el mundial de golf que busca que el golf entre en los para olímpicos de Tokio 2020; aunque para este tendría que ser handicap 15 en 2 años y 11 en el 2020; a practicar entonces….


 
 
 

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