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¿QUE NECESITO PARA HACER UNA BUENA CONFESION?

  • Revista B&T
  • 2 ago 2016
  • 3 Min. de lectura

La religión que profesan las personas es uno de los aspectos más importantes en la vida diaria de cada quien. No importa cuál sea esta, lo que importa es el nivel de compromiso de las personas con esa relación con su dios. La religión es de las personas y lo que se busca es lograr una congregación que permita darle fuerza a las oraciones personales y darle importancia a las oraciones comunitarias que tienen fines e intereses comunes.


Para lograr estar en paz con su dios, las personas tienen diferentes formas de buscar dicha condición para que le sean concedidas sus peticiones. Algunos buscan congraciarse con su dios mediante obras benéficas, ayudando al prójimo de alguna manera que les parezca estar haciendo un bien. Otros piensan que con el dinero que donan a su iglesia es suficiente y que con eso tienen ganado un cupo en el cielo. Hay quienes creen firmemente que con participar activamente en las celebraciones y hacer las oraciones con un volumen de voz más alto que el de los demás feligreses hace que su dios los oiga más a ellos que a los demás y por eso se consideran que están en gracia con él.


La verdad es que son muchas las religiones hoy en día, existe la católica, musulmana, cristiana, ortodoxa, protestante, budista, etc. Todas las religiones se confiesan, unas con hombres, otras directamente con su dios y otras hasta con animales en la antigüedad.


La confesión es una práctica de las iglesias para poder lograr la gracia divina, lo cual es congraciarse con su dios mediante la confesión de los pecados y el perdón de estos mismos. Todos los seres humanos pecan, es mentirse a sí mismo el decir que no se peca, no existe esa condición. Por eso debemos confesarnos todos. Pero para lograr una buena confesión hay que hacer ciertas cosas, como dice el Papa Francisco en el folleto especial titulado “Custodia tu Corazón” antes de Semana Santa de este año, “es necesario comenzar “por la escucha de la voz de Dios” seguido del “examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada”.


Antes de la confesión hay que hacer el examen de conciencia y para ello se debe ir muy a fondo, no solo quedarnos en lo banal o en los pecados graves. Todos los pecados cuentan, incluidos los que no confesamos hace mucho y que aún recordamos hay que confesarlos.


Para ello el Papa Francisco ofrece una guía consistente en 30 preguntas que toda persona se debe hacer para lograr una buena confesión. Estas preguntas son:


En relación a Dios

  1. ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad?

  2. ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta?

  3. ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración?

  4. ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?

  5. ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico?

  6. ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago?

  7. ¿Me revelo contra los designios de Dios?

  8. ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

En relación al prójimo


9. ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?

10. ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras?

11. ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?

12. ¿Soy envidioso, colérico, o parcial?

13. ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?

14. ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?

15. ¿Incito a otros a hacer el mal?

16. ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?

17. ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos?

18. ¿Honro a mis padres?

19. ¿He rechazado la vida recién concebida?

20. ¿He colaborado a hacerlo?

21. ¿Respeto el medio ambiente?


En relación a mí mismo


22. ¿Soy un poco mundano y un poco creyente?

23. ¿Cómo, bebo, fumo o me divierto en exceso?

24. ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?

25. ¿Cómo utilizo mi tiempo?

26. ¿Soy perezoso?

27. ¿Me gusta ser servido?

28. ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones?

29. ¿Nutro venganzas, alimento rencores?

30. ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?


Después de esto solo queda acercarse a Dios o al Sacerdote o al encargado de dar la confesión en su religión o iglesia y comenzar su ritual. Si logra una buena confesión, logrará su paz interior y la gracia divina. Es el primer paso para recibir de su dios todo aquello que le ha pedido.


 
 
 

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