TE INVITO A SER FELIZ
- Luis Felipe Buitrago, B.A., M.B.A.
- 31 jul 2019
- 4 Min. de lectura

La vida es una sucesión de oportunidades ante las cuales estamos en la obligación de tomar una decisión para que la vida siga adelante. Podemos decidir no hacer nada y la vida seguirá su camino implacable. También podemos actuar según lo que nuestra mente, nuestros sentimientos, nuestro instinto nos dictamine y la vida simplemente seguirá implacable. El
tiempo, al igual que la palabra dicha, no tiene vuelta atrás. Si así fuera tendríamos abierta la posibilidad de viajar en el tiempo y arreglar todo lo que no nos guste para que las cosas nos sean tal y cual las queremos.
Es muy fácil herir a las personas, sin importar cuanto las queramos. No podemos adivinar la reacción de aquellas personas cercanas a nosotros, mucho menos la de las que simplemente cruzan nuestros caminos. Podemos escoger el juego de palabras inapropiado, omitir decir o contar nuestras acciones, una mirada al lado equivocado cuando pensamos en nuestros temas, son cosas que a otros pueden no gustarle, desagradarles o incluso generar una reacción inesperada.
Todos tenemos problemas en nuestra vida. Eso es algo que viene con la vida misma. En ninguna parte dice que vivir es fácil y que lo vas a disfrutar todo el tiempo. La vida es una sucesión de hechos y acciones que se suman minuto a minuto, día a día para llevarnos a un presente donde tenemos que estar y que solo nos deja dos opciones de vida: vivir amargados o vivir felices. Yo escojo la segunda. Vivir feliz.
Es que estar amargado es muy fácil. Sólo hay que pensar en pocas cosas que acaban de pasar y darse darás cuenta de las cosas no pasaron exactamente como uno las quería. Ese ya es motivo suficiente para no estar feliz. Si se piensa en lo difícil que ha sido el trabajo efectuado, entonces se verá todo el esfuerzo, los sacrificios, la dedicación, las veces que hay que hacer lo mismo para que funcione o porque ese es el trabajo, el aburrimiento, las horas de soledad y un sinnúmero de cosas que pasan y que no nos gustan; entonces veremos que es muy fácil vivir amargado o triste.
¡¡¡Yo decidí ser feliz!!! Si, lo decidí. No es que haya llegado a un punto de mi vida en el que tenga ciertas cosas y eso me haya llevado a ser feliz. No, es una decisión de vida que he tomado. Lo hice hace mucho tiempo y no fue precisamente por algo que me generara felicidad. Me di cuenta de que la vida es más llevadera y se vive mejor si eres feliz, si atiendes a las personas con una sonrisa sincera en tu rostro, si buscas el lado bueno de las cosas que te pasan (no hay mal que por bien no venga), si aprendes de tus errores, si disfrutas lo que tienes sea mucho o sea poco, si agradeces el estar vivo y tener una oportunidad más de ser feliz, de ser mejor.

Hoy vi una imagen que decía “Nunca sabrás cuando será la última vez que veras a alguien, así que quiere mucho, di lo que piensas y por favor no te guardes nada”. Me pareció apropiado, así como aquella que dice “Vive hoy como si fuera el último de tus días”. Apropiado para llevar una vida plena, agradecer lo que se tiene (salud, hijos, esposa/o, padres, hermanos, primos, tíos, etc) y aprovecharlo al máximo. La felicidad no se mide en dinero ni en posesiones, se mide en neuronas, se mide en amor, se mide en acciones, se mide en momentos, se mide en vida. Así como el dinero y las posesiones se quedan aquí en manos de otros cuando morimos porque no los podemos llevar al paraíso (o al purgatorio o al infierno, donde te toque), la felicidad tampoco. Es mejor ser feliz toda la vida que trabajar toda la vida y no llegar a serlo.

Mira la vida de otra forma y verás un mundo nuevo en el mismo lugar del actual, con los mimos escenarios, los mismos actores y las mismas situaciones, pero con una nueva actitud. Piensa antes de decir las cosas, antes de hacerlas, antes de contarlas. Mide tus palabras para que no se conviertan en armas peligrosas y procura que esas palabras sean suaves porque van dirigidas a otra persona que no va a responder como tu te lo imaginas. Pero, sobre todo, cuida tu expresión… La cara dice mucho de tus intenciones, tus miedos, tus fortalezas. Una expresión equivocada puede derrumbar el muro más fuerte, dejar sin piso cualquier idea o desviar el camino de una conversación. Toda acción tiene una reacción y eso es inevitable. Es una ley de la física que no podemos cambiar. Se aplica en cualquier plano terrenal (donde vivimos). Quiere decir que cualquier cosa que hagamos, digamos y hasta pensemos, va a tener una consecuencia que puede ser buena o mala y de nosotros depende cuál de ellas será.
Te invito a decidir ser feliz, a vivir feliz, a no mostrar tus problemas a nadie, solo tu felicidad. Estar cerca de tu familia, acercarte a Dios y vivir en comunidad haciendo el bien, te ayudarán a tomar esa decisión: Se feliz.!!!

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